El sistema judicial mexicano ha sido objeto de críticas por diversos casos de irregularidades y violaciones a los derechos humanos. Uno de los casos más impactantes es el de Keren Ordoñez, una joven madre que fue detenida en circunstancias injustas, mientras su bebé de apenas un mes de nacida fue registrada “en calidad de detenida”. A casi una década de los hechos, su historia sigue generando indignación y cuestionamientos sobre el actuar de la Fiscalía de Veracruz y Tlaxcala.
Detención arbitraria y tortura a Keren
El 11 de diciembre de 2015, Keren Ordoñez, de 19 años, se dirigió a la colonia Herón Proal en Xalapa para encontrarse con Fernando, el padre de su hija, quien le había prometido dinero para comprarle pañales. Sin embargo, al llegar al lugar, un grupo de agentes de la Policía Federal y de la Policía Investigadora de Tlaxcala la interceptó con violencia. Sin explicaciones, la subieron a un vehículo, la golpearon y la sometieron a torturas físicas y psicológicas con el fin de obtener una confesión falsa sobre un secuestro. Keren, quien había dado a luz recientemente, sufrió una cesárea complicada, lo que agravó los abusos que enfrentó durante su detención. Pese a sus súplicas y a su evidente condición física, los agentes continuaron con las agresiones hasta que finalmente fue trasladada a la Fiscalía de Veracruz.
Una bebé “detenida” y una madre criminalizada
Uno de los aspectos más indignantes del caso es que la Fiscalía de Veracruz registró a la hija de Keren como “detenida” en documentos oficiales. La recién nacida fue separada de su madre y posteriormente entregada al DIF de Tlaxcala sin notificación a ningún familiar. La abuela de la menor, Ciria Ordoñez, tuvo que buscar desesperadamente a su nieta hasta que, después de 12 días, logró recuperarla. La Fiscalía utilizó la falta de registro oficial de la bebé para argumentar que “no existía”, lo que permitió su retención arbitraria. Mientras tanto, Keren fue obligada a firmar documentos sin leerlos y a declararse culpable para evitar que le hicieran daño a su hija. Con base en pruebas inconsistentes y testimonios sin firma, Keren fue sentenciada a 50 años de prisión.
Irregularidades en el proceso judicial
El caso de Keren está plagado de inconsistencias y violaciones a sus derechos. Entre las irregularidades más graves se encuentran:
- Falta de pruebas sólidas en su contra.
- Declaración obtenida bajo tortura.
- Detención ilegal y traslado entre estados sin justificación.
- Criminalización basada en prejuicios y estereotipos de género.
- Declaración de la víctima del secuestro sin ratificación legal.
El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) ha documentado el caso y ha demostrado que Keren no pudo haber participado en el crimen, ya que su estado de salud tras el parto le impedía moverse con facilidad. Sin embargo, el 12 de noviembre de 2024, un juez en Apizaco, Tlaxcala, la condenó nuevamente a 50 años de prisión, ignorando las evidencias de tortura y detención arbitraria.
Conclusión sobre Keren
El caso de Keren Ordoñez representa una de las tantas injusticias que ocurren dentro del sistema judicial mexicano. La falta de debido proceso, la fabricación de pruebas y la impunidad de las autoridades han dejado a una madre encarcelada injustamente durante nueve años. Su historia pone en evidencia la necesidad de reformas profundas en el sistema de justicia y en los mecanismos de protección de los derechos humanos. Organizaciones de derechos humanos continúan luchando para lograr la liberación de Keren y la reparación del daño causado. Mientras tanto, ella sigue tras las rejas, esperando que la verdad finalmente prevalezca.
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