El doodle de Google de hoy ilumina a una de las pioneras del cine mexicano, Matilde Soto Landeta. Nacida el 20 de septiembre de 1913 en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, su legado resplandece en la industria cinematográfica y como defensora de la igualdad de género, en una época en la que las mujeres tenían escasas oportunidades en el cine. Matilde dejó una marca imborrable como guionista, directora y activista sindical, un testimonio de su valentía y pasión por el séptimo arte.
El Inicio de un viaje apasionante por Matilde Soto Landeta
La pasión de Matilde por el cine floreció a los catorce años, después de ver “Old San Francisco” (1927), dirigida por Alan Corsland, durante un viaje a Estados Unidos. Este momento marcó el inicio de una carrera que se convertiría en una de las más influyentes en la historia del cine mexicano.
En 1932, Matilde comenzó como scriptgirl y rápidamente se convirtió en una figura recurrente en la industria, participando en más de 70 películas. Su dedicación y amor por el cine la llevaron a asistir en la dirección de películas dirigidas por figuras destacadas como Julio Bracho, Emilio “El Indio” Fernández y Agustín Delgado.
Superando barreras impuestas
El punto culminante de su carrera llegó en 1948, cuando debutó como directora con “Lola Casanova”. Matilde hipotecó su casa para fundar la productora TACMA S.A. de C.V. después de que los financiamientos le fueran negados debido a su género. A pesar de los innumerables obstáculos, Matilde Soto Landeta logró abrirse paso en el mundo del cine mexicano y se consolidó como una destacada directora.
Uno de sus mayores logros fue el guion de la película “El camino de la vida” (1956), que originalmente escribió Matilde y fue dirigida por Alfonso Corona Blake. Esta película ganó el prestigioso premio Ariel en 1957.
Un legado permanente y reconocimientos
A lo largo de su carrera, Matilde Soto Landeta recibió numerosos premios y reconocimientos. En 1988, recibió un diploma por ser “una de las pioneras del cine latinoamericano hecho por mujeres” en el VIII Festival de Nuevo Cine Latinoamericano en La Habana, Cuba. También fue homenajeada por el Sindicato de Productores de la Producción Cinematográfica (STPC) y reconocida por su destacada trayectoria por parte del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) en 1992.
A pesar de los reconocimientos que recibió a lo largo de dos décadas, Matilde Soto Landeta tuvo que vender sus películas anteriores y recibir apoyo del IMCINE para producir su última película, “Nocturno a Rosario” (1991), que marcaría el final de su carrera como directora después de más de 30 años sin dirigir.
El legado de Matilde Soto Landeta es eterno en la historia del cine mexicano. Su contribución invaluable y su lucha incansable para abrir puertas en la industria cinematográfica siguen inspirando a las generaciones futuras. Aunque falleció el 26 de enero de 1999 en la Ciudad de México, su influencia y su pasión por el cine perdurarán para siempre en la memoria de todos los amantes del séptimo arte.