El Senado de la República aprobó este miércoles el nombramiento de Ernestina Godoy como nueva fiscal general de la República, un proceso que avanzó con rapidez y que dejó abierto un intenso debate respecto a la independencia de la institución encargada de procurar justicia en México.
Una votación contundente, pero lejos del consenso
Con 97 votos a favor, el bloque oficialista —Morena, PT y PVEM— junto con Movimiento Ciudadano, avalaron el ascenso de Godoy al frente de la FGR. En contraste, se registraron 19 votos en contra y 11 nulos, algunos acompañados de consignas escritas por senadores inconformes. Senadores como Alejandro Moreno y Lilly Téllez plasmaron mensajes de rechazo directo al proceso. Téllez incluso escribió “No a la mafiocracia” en su cédula, una muestra del clima de tensión que acompañó a la sesión. Durante la comparecencia previa, Godoy aseguró que no habrá persecución política, pero advirtió que tampoco permitirá impunidad. Su mensaje central se apoyó en una frase que resonó entre los legisladores: “La justicia no se negocia. Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie”.
Una terna integrada solo por mujeres
“Es tiempo de mujeres”, dijo la Presidencia
La presidenta Claudia Sheinbaum envió una terna conformada exclusivamente por mujeres, argumentando que el país atraviesa un momento en el que es necesario abrir espacios sustantivos para ellas en puestos estratégicos.
La lista incluyó a:
- Ernestina Godoy, encargada de despacho de la FGR.
- Luz María Zarza, excandidata a ministra de la Suprema Corte.
- Maribel Bojorges Beltrán, aspirante a jueza en la Ciudad de México.
Aunque las tres comparecieron ante el Pleno, la correlación política terminó por inclinar la balanza desde el principio.
Un proceso exprés
El nombramiento avanzó en menos de una semana. Morena y sus aliados utilizaron su mayoría para acelerar el trámite legislativo, lo que la oposición calificó como una maniobra “opaca” y “simulada”. La senadora priista Claudia Anaya denunció que el procedimiento no solo debilitaba la autonomía de la Fiscalía, sino que además servía para “cerrar expedientes incómodos”, como los relacionados con el llamado “huachicol fiscal”.
Señalamientos y acusaciones durante el debate por Ernestina Godoy
Las intervenciones de legisladoras del PAN subieron el tono. Lilly Téllez acusó presuntas presiones de Adán Augusto López, a quien llamó “narcosenador”. Señaló que se enviaron mensajes a legisladores para influir en la votación y cuestionó directamente a Godoy: “¿Usted lo ordenó? ¿Sabía de la amenaza?”.
La nueva fiscal negó cualquier práctica de ese tipo y reiteró que su guía será una procuración de justicia sin sesgos.
El acuerdo con Movimiento Ciudadano: un decálogo que inclinó la votación
MC condiciona su apoyo
Movimiento Ciudadano sorprendió al anunciar que respaldaría a Godoy si firmaba un decálogo de compromisos sobre transparencia, gestión interna y fortalecimiento institucional de la FGR. Godoy aceptó y rubricó el documento, con lo que los seis senadores de MC votaron a favor. El coordinador Clemente Castañeda justificó la decisión como un intento de influir positivamente en la institución ante la inminencia del nombramiento.
El contexto: la salida de Gertz Manero y el relevo acelerado
Godoy asumió el despacho de la Fiscalía desde el viernes anterior, luego de la renuncia de Alejandro Gertz Manero. Antes de dejar el cargo, Gertz firmó un acuerdo que la convirtió en fiscal especial de Control Competencial, figura que —por ley— suple al titular en caso de ausencia definitiva. Este movimiento, sumado a la velocidad del proceso, alimentó las críticas de opositores, quienes afirmaron que se trataba de un relevo diseñado desde el poder Ejecutivo para mantener control político sobre la Fiscalía.
¿Qué sigue para la nueva fiscal Ernestina Godoy?
Con su ratificación, Ernestina Godoy asume la responsabilidad de encabezar una institución que arrastra cuestionamientos sobre efectividad, independencia y transparencia. Su principal desafío será demostrar que, pese a las críticas y el contexto político, la FGR puede actuar con autonomía real y garantizar investigaciones sólidas, sin preferencias ni sesgos partidistas. La expectativa es alta. Y las dudas, también.
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