El operador de la planta nuclear de Fukushima, TEPCO, ha anunciado que Japón comenzará la segunda ronda de descarga de agua residual tratada de la central nuclear devastada la próxima semana. Esta decisión se produce después del controvertido vertido de agua en el océano Pacífico que comenzó en agosto, generando preocupación y reacciones en la comunidad internacional.
Un paso controvertido ante descarga
El 24 de agosto, Japón dio inicio al vertido de una parte de las 1.34 millones de toneladas de agua residual acumuladas en la planta nuclear de Fukushima en el océano Pacífico. Esta acción generó una fuerte reacción, especialmente de China y otros países vecinos. TEPCO ha confirmado que la segunda descarga comenzará el 5 de octubre. Este anuncio se produce después de que las inspecciones posteriores a la primera descarga se completaran de manera satisfactoria.
Preocupación internacional
China, en particular, ha expresado su profunda preocupación por esta medida y ha prohibido las importaciones de productos marinos japoneses en respuesta al vertido de agua. A pesar de las afirmaciones de Japón, respaldadas por la agencia reguladora de la ONU, de que la operación no representa riesgos significativos, la preocupación internacional persiste. La primera descarga, que concluyó el 11 de septiembre, liberó aproximadamente 7,800 toneladas de agua en el océano Pacífico de las 1.34 millones de toneladas programadas. Esta cantidad es equivalente a la capacidad de más de 500 piscinas olímpicas. TEPCO ha afirmado que el agua tratada no contiene elementos radioactivos, excepto el tritio, que se encuentra en niveles seguros.
Objetivo a largo plazo ante descarga
El vertido de agua residual tiene como objetivo liberar espacio para la eventual eliminación del combustible radioactivo y los escombros de los reactores dañados en Fukushima. Este proceso se prevé que dure décadas. Akira Ono, responsable de TEPCO, ha asegurado que la empresa continuará monitoreando los niveles de tritio y proporcionando información transparente basada en la evidencia científica. Esto se hace con la intención de tranquilizar al público y abordar cualquier preocupación legítima sobre la seguridad.
Desafíos diplomáticos
El vertido de agua de Fukushima ha desencadenado tensiones diplomáticas, con países como China, Islas Salomón y Rusia expresando sus preocupaciones y rechazo. A pesar de las objeciones, se ha informado que pescadores chinos continúan operando en áreas cercanas a las costas japonesas. Este controvertido asunto sigue siendo motivo de preocupación e interés en la comunidad internacional, y su resolución tendrá un impacto significativo en las relaciones diplomáticas y en la percepción pública de Japón en el ámbito global.
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