Iván Morales Corrales, ex policía federal, y su esposa murieron ayer al ser acribillados en Temixco, Morelos. Viajaban en una pickup negra cuando un auto los cerró y motorizados abrieron fuego. Más de 50 disparos impactaron la camioneta. Los agresores dejaron el vehículo y las armas en el sitio y huyeron. Paramédicos llegaron minutos después, pero no pudieron hacer nada. La policía lanzó un operativo inmediato para detener a los responsables, sin éxito hasta ahora. Habitantes de Brisas reportaron intenso nerviosismo y exigieron mayor presencia de patrullas.
Supervivencia tras derribo de helicóptero
En 2015, el CJNG derribó el helicóptero donde Morales Corrales viajaba junto al Ejército. Durante la Operación Jalisco, el cártel usó lanzacohetes y rifles de precisión. El aparato se incendió en el aire y explotó al caer en Villa Purificación, Jalisco. Morales sufrió quemaduras graves, pero salió con vida. Tras el rescate, lo internaron en Guadalajara. Sus cicatrices le recordaban el ataque diario y moldearon su determinación. Por su valor, el Ejército le otorgó una medalla al mérito, que él lucía con orgullo en reuniones oficiales.
Testigo clave contra El Menchito
El 16 de septiembre de 2024, Morales ofreció su testimonio en Washington contra Rubén Oseguera González, “El Menchito”. Ante el jurado, describió la emboscada al helicóptero y la cadena de mando del CJNG. Su relato resultó fundamental para condenar a El Menchito por narcotráfico y uso de armas destructivas. El tribunal federal lo sentenció a cadena perpetua y lo trasladó a prisión de alta seguridad en Colorado. Este fallo marcó un hito en la lucha internacional contra el cártel y reforzó la cooperación entre México y Estados Unidos.
Conclusión sobre Iván Morales
El CJNG arrancó la vida de un hombre que sobrevivió a uno de sus primeros ataques mortales. Iván Morales pagó con su muerte el haber testificado contra El Menchito. Su asesinato subraya la urgencia de proteger a ex servidores públicos y testigos clave. Hasta que la Fiscalía garantice su seguridad, el miedo seguirá amparando al crimen organizado. La impunidad no será derrotada mientras quienes defienden la ley permanezcan desprotegidos. Es momento de impulsar protocolos estrictos y un programa de protección efectivo para testigos y víctimas de alto riesgo.