Bandas internacionales de contrabando operan en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Estas bandas crean sus propias redes de protección para evitar extorsiones y cobros de piso. Grupos como La Unión Tepito y la Antiunión intentan controlar el comercio formal e informal en la zona. Los comerciantes y las autoridades viven una situación de tensión. Testimonios de diversos comerciantes revelan el impacto de este fenómeno en la economía local. Las bandas, de origen chino, coreano e incluso hindú, han contratado seguridad privada. Estas medidas les permiten resguardar sus negocios y mercancías. Además, se movilizan en motocicletas para escoltar a los empleados.
Redes de Protección Contra Extorsiones
El Observatorio de Seguridad Ciudadana ha recabado testimonios que confirman esta situación. Comerciantes denuncian que las bandas pagan a vigilantes que actúan de forma discreta. Los vigilantes se visten de civil y patrullan las calles del Centro. Con esta estrategia, evitan que grupos como La Unión Tepito les exijan pagos ilegales. Los propietarios de establecimientos de productos chinos y coreanos se sienten vulnerables. Ellos creen que la contratación de seguridad privada no resuelve el problema. Los vigilantes protegen los intereses de las bandas. Sin embargo, esta medida solo refuerza la disputa territorial. Los comerciantes temen que la situación se intensifique.
Control del comercio informal ante contrabando
Estas bandas buscan dominar el comercio en la Ciudad de México. Venden artículos ilegales, como juguetes piratas, insumos médicos, productos de belleza, textiles y autopartes. Esta actividad les genera ingresos millonarios. Además, extienden su influencia a otras alcaldías. Entre ellas se encuentran Gustavo A. Madero, Álvaro Obregón y Magdalena Contreras. El comercio informal se ve afectado por esta competencia desleal. Los comerciantes locales pierden mercado frente a productos ilegales y más baratos. Esta situación agrava la crisis en la zona. La acción de estas bandas crea un ambiente de incertidumbre. La lucha por el control de la zona se intensifica cada día. Algunos comerciantes recurren a la autodefensa. Contratan a elementos de la Policía Bancaria e Industrial. Estas acciones buscan proteger sus negocios y garantizar el libre comercio. No obstante, la contratación de seguridad privada por parte de las bandas sigue en aumento. Esto muestra la fragilidad de la situación en el Centro Histórico.
Acción gubernamental y respuestas
El gobierno de la Ciudad de México actúa para contrarrestar este problema. El secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez, anunció que la policía detuvo a 95 presuntos delincuentes. Estas detenciones se realizaron en un periodo reciente. Las acciones se enfocaron en frenar las extorsiones en el Centro Histórico. Las autoridades capitalinas trabajan en operativos constantes. Ellos buscan desmantelar las redes de protección que usan las bandas. Los esfuerzos se orientan a recuperar el control de la zona y garantizar la seguridad de comerciantes y ciudadanos. Los funcionarios colaboran con el Observatorio de Seguridad Ciudadana para identificar a los responsables. El gobierno también impulsa campañas de información. Estas campañas advierten a la población sobre los riesgos de la extorsión y la violencia. Se promueve la denuncia activa ante cualquier irregularidad. La colaboración ciudadana es vital para combatir este delito.
Conclusión sobre contrabando
Las bandas de contrabando en el Centro Histórico han creado redes de protección para evadir extorsiones. Este sistema, aunque les brinda seguridad, genera competencia desleal y aumenta la tensión en la zona. El gobierno y los comerciantes deben unir fuerzas para recuperar el control del comercio. Es fundamental que las autoridades refuercen la seguridad y se logren operativos efectivos. Solo así se podrá proteger el libre comercio y garantizar un entorno seguro para todos los ciudadanos.
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